La ciudad de Mandeville, situada a 1.828 m sobre el nivel del mar, posee un clima más frío que en la costa. Durante la época colonial se creía que las playas eran insalubres, y los colonos británicos venían aquí en verano desde Kingston sólo para descansar. Hoy en día esta ciudad es el centro de una zona rural, lejos del bullicio de la costa norte. Si bien no existe mucha variedad para hospedarse, Mandeville, con el estilo de un pueblo rural inglés, ofrece un paisaje relajado y majestuoso.
En las montañas que rodean la ciudad, se encuentran las tierras más fértiles de Jamaica. En los márgenes de las carreteras, pueden verse muchos puestos vendiendo mangos, naranjas, bananas, cacahuetes y los costosos anacardos. Recomendamos visitar una de las típicas mansiones jamaicanas, Marshall’s Pen, construida en el siglo XVIII, en una plantación de café, con bellos jardines y decoraciones de la época. Al sur de Marshall’s Pen, en la costa, se encuentra Lover’s Leap con un espectacular mirador.
En la zona que rodea Mandeville se da la explotación de bauxita de la isla Jamaiquina. Este mineral, materia prima del aluminio, es el principal artículo de exportación. Las minas dejan cicatrices anaranjadas en el paisaje antes de ser recubiertas por el pasto. Un atractivo interesante, al noroeste en Shooter’s Hill, es la fábrica de salsa Pickapeppa, donde se prepara una conocida salsa picante y el mejor momento de ver es cuando la van a hervir.
